Gente loca.

domingo, 26 de diciembre de 2010

No Quarter.


Me encanta mirar al cielo, y acordarme de vos, eso es lindo! No me vengas con carreras y apuestas, que la verdadera emoción está al lado tuyo... Ver como tus ojos color cielo se pierden en la perspectiva del camino que nos queda por andar... La ciudad, tan fría y oscura como la vez, fue la cuna de nuestro amor, fue la muerte del "yo", y el nacimiento de un "nosotros"... Fue mezclar algo de vos, algo mío y que salga algo nuestro; irme de la ciudad, caminando hacia el campo y recordar la sensación de tus besos sobre mi piel, la marca de mi labial quedó tatuada en tu ser, mis huellas digitales quedaron perpetuadas en tu cuerpo y tus ojos se quedaron en los míos.
Siento el viento golpearme la cara, y mientras doy una vuelta a la manzana me acuerdo de vos... Me acuerdo de vos, y de todos los demás, me acuerdo de mis amigos, de papá y de mamá, me acuerdo cuando era sólo un ave aprendiendo a volar, me acuerdo cuando terminé el secundario y me puse a trabajar, cuando me enfrenté sola a la vida y cuando abrí mis ojos a la realidad... Qué frágilidad y inocencia la de aquel entonces... Qué felices que éramos, qué tranqulidad se reflejaba en tus ojos y en tus palabras, la contención que vos me brindabas era enorme.
Llego a casa, cansada de tanto andar por la ciudad, me saluda el perro y cuelgo las llaves aunque a veces no entiendo porque llamas tan tarde... Son las once y tu me llamas, que alegría escucharte! Qué alegría saber que ya me extrañás que alegría, que felicidad... Termina la conversación, vos y yo nos despedimos, yo... con una opresión en el corazón y vos con un lagrimón escondido. Perdón, no fue mi intención. Perdón, no sos vos, soy yo. Perdón, perdon por no amarte, como lo hacés vos.

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